El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, sigue recibiendo presión para que presente su renuncia al cargo, en esta ocasión fue otro paro nacional la forma en la cual los nicaragüenses buscan que deje la presidencia. De esta forma hoy las calles del país centroamericano amanecieron desoladas, con los mercados sin actividad, negocios cerrados y transporte público vacío.
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El gobierno de Daniel Ortega vive días de inestabilidad desde hace tres meses.

Denis Moncada, canciller de Nicaragua presente en la reunión de la OEA, declaró que «desconoce la resolución aprobada».

Ayer se cumplieron tres meses del inicio de las manifestaciones en Nicaragua contra el presidente Daniel Ortega, todo inició por una reforma a la seguridad social que ha destapado más críticas y que buscan la salida del mandatario; la respuesta del gobierno ha sido represiva y violenta, lo que ha dejado un saldo de 351 muertos, incluidos 26 niños.

Ante esta crisis sociopolítica en Nicaragua han sido múltiples las voces de la comunidad internacional que condenan lo que ocurre. La Organización de Estados Americanos (OEA) exhortó ayer al gobierno de Ortega a dialogar con la oposición para buscar la realización anticipadas de las elecciones.

La OEA está integrada por 34 países activos, de los cuales 21 aprobaron la resolución y siete se abstuvieron de votar.

Además, la OEA condenó enérgicamente, con base en información documentada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), «todos los actos de violencia, represión, violaciones de derechos humanos y abusos, incluyendo aquellos cometidos por la policía, grupos parapoliciales y otros actores contra el pueblo».

Esto ocurre días después de que el gobierno de Nicaragua tomara el control de Masaya, uno de los puntos de mayor oposición y resistencia al régimen de Ortega, con una ofensiva paramilitar que tuvo como objetivo principal la comunidad indígena de Monimbo.

 

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