El albergue ubicado saliendo de la estación del Metro Parque de los Venados, ha estado atendiendo a cientos de ciudadanos que perdieron su casa luego del sismo del pasado 19 de septiembre, y algunos cuyas viviendas no son seguras y que por su seguridad se encuentran habitando en este sitio.
Aquí existe un cupo de hasta 800 personas a las que se les ofrece un lugar para dormir, comida tres veces al día, además de duchas con agua tibia y servicios médicos en caso de ser necesario. Actualmente hay 300 personas albergándose aquí y estará abierto hasta que sea necesario.
Para algunas de las personas que se encuentran habitando aquí, les ha ayudado no solamente en cuestión material, sino que gracias a la diaria convivencia con otros afectados, les ha dado ánimos después de la tragedia; les da esperanza y les da fe.
Son tres turnos de 40 personas que ayudan en las tareas diarias del albergue, tanto sirviendo las comidas, como realizando limpieza y otras labores que mantienen andando este lugar.
Las personas al frente de este albergue nos comentan que se requieren colchones, colchonetas, sábanas, cobijas y toallas. Además, cuentan con un centro de acopio que abastece este sitio y se encuentra avenida Cuauhtémoc No. 1240.
Las personas además han recibido apoyo psicológico que les ha ayudado a remontar la crisis emocional que provocó el sismo. Muchos de los que se encuentran en el albergue esperan la revisión de sus viviendas por parte de Protección Civil.
Este sitio se nutre de las aportaciones de las personas que han donado, por lo que es importante que se sigan entregando víveres para las personas que habitan aquí. Se pueden realizar donaciones en el mismo albergue ubicado frente a la estación del Metro Parque de los Venados, así como un centro de acopio exclusivo que se encuentra en la avenida Cuauhtémoc No. 1240.
Algunos de los que se encuentran en este sitio han reportado una mala administración por parte de quienes dirigen este lugar, por ejemplo un almacenamiento de ropa, y muchas restricciones a la hora del reparto de la comida, cosa que no sucedía cuando los ciudadanos dirigían el albergue.
«Estas cosas las dio el pueblo para el pueblo y no está bien que las estén reteniendo, si están ahí para que nosotros dispongamos de ellas», dijo una de las habitantes temporales del albergue.
Pr otra parte se expresan positivamente de la hermandad que se ha creado con otros de los damnificados: «somos hermanos del mismo dolor», dicen. En la convivencia han logrado distraerse de la preocupación y el sentimiento de desamparo.
HOY NOVEDADES/CDMX