Las dos cámaras del Parlamento británico aceptaron la ley que permite que la primera ministra Theresa May, dé inicio al proceso de «divorcio» con la Unión Europea. Lo anterior, después de que la Cámara de los Comunes, con mayoría conservadora, suprimiera las dos únicas enmiendas de la ley que exigían al gobierno asegurar los derechos de los ciudadanos comunitarios y permitir al Parlamento votar sobre el futuro acuerdo de salida de la Unión Europea.
Ante esto, la reina Isabel II firmará, en las próximas horas, un texto que da al Ejecutivo la facultad constitucional para activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, mecanismo que inicia el proceso de salida del bloque europeo.
Ante la advertencia de Escocia por convocar a un segundo referendo para solicitar, por separado, el ingreso a la Unión Europea, la primera ministra británica, Theresa May, ha expuesto que «este no es momento para la división, sino para reforzar la unidad del país».
Así mismo, May ha pedido al Partido Nacionalista Escocés (SNP) de la ministra principal, Nicola Sturgeon, que «no cree incertidumbre o división». El acuerdo que se alcance tras las negociaciones de salida de la UE, ha dicho May, «funcionará para el conjunto de Reino Unido». Ha advertido a Sturgeon de que la mayoría de los escoceses no quiere un nuevo referéndum y le ha señalado que «el mercado único más importante para Escocia es el de Reino Unido».
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