La tensión entre Venezuela y la Organización de Estados Americanos (OEA) se agudizó tras la actitud desafiante que asumió la canciller de ese país, Delcy Rodríguez. La dirigente rompió con la diplomacia, al atacar verbalmente a los 14 países (incluido México) que pactaron un documento en contra del régimen de Nicolás Maduro, presidente venezolano.
La funcionaria del país sudamericano se presentó en Washington para esclarecer este asunto y denunciar la fuerte intromisión que han hecho la OEA y su secretario general en asuntos que considera sólo le incumben a su gobierno.
El uruguayo Luis Almagro, secretario de la OEA, fue blanco de varios insultos y descalificaciones que Rodríguez lanzó al por mayor. El dirigente hizo gala de diplomacia y no le reviró nada a la venezolana. La organización tiene en agenda una reunión en donde se discute a fondo la actual situación de Venezuela y su postura tan polarizada.
La canciller venezolana externó que la OEA es un grupo de países que van en contra de la revolución bolivariana como consecuencia del extremismo obsesivo de Almagro. Por lo que se tomó la libertad de advertir a la comunidad internacional sobre el concepto erróneo que el organismo difunde sobre su país.
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