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Algunos camiones de carga que abastecen el lugar han quedado varados.

Los mayoristas escasean y los compradores al menudeo han sido son pocos en estos días de desabasto en el mercado de mayoreo más grande de Latinoamérica.

El desabasto de combustible en varias zonas del país llegó hace días a la Ciudad de México. Un botón de muestra son los daños que reportan varios de los comerciantes de la Central de Abasto de la capital. Los trabajadores han referido que las pérdidas económicas provocadas por esta situación son sustanciosas y están entre el 50 y 70 por ciento.

Locatarios y bodegueros han reportado que la falta de gasolina propicia que los mayoristas no lleguen a la central de Abasto y que, además, se registre poco flujo de compradores en el lugar. Incluso en fin de semana, que son los días en los que la afluencia de gente es mayor, se ha presentado poco movimiento en la zona.

Y es que la estrategia de combate contra el llamado huachicoleo implementada por el gobierno federal ha generado un desabasto de combustible que ha suscitado una situación excepcional en varios estados del país, en donde las largas filas en les estaciones de servicio son una constante. Con esto la salida de productos a la Central se ralentiza y retrasa la llegada de la mercancía; incluso, algunos vendedores han optado por elevar el precio en sus negocios.

Aquellos que venden carne en el lugar han reportado que sus clientes frecuentes, muchos de los cuales son de Las Lomas, Satélite y Naucalpan, no se han reportado para realizar sus adquisiciones y los pedidos han bajado considerablemente. Por otro lado los estacionamientos del lugar han estado prácticamente vacíos. Los automóviles particulares, unidades de carga y camiones pesados que regularmente repletan los espacios han resaltado por su ausencia en este espacio.

La alerta ha llegado para aquellos que venden productos perecederos, pues con el paso de los días se empieza a descomponer y tiene que ofrecerla a un costo menor. A todos estos ejemplos se suma una circunstancia que afecta a todos por igual: la llamada cuesta de enero. Tras los fuertes gastos que la mayoría de las personas hace en diciembre, el primer mes  del año suele caracterizarse por registrar pocas ventas en el mercado.

 

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