Luego de los bombardeos a la ciudad de Raqqa como parte de la ofensiva siria respaldada por los Estados Unidos, que dejaron más de una docena de muertos, la Unicef expuso que como parte los combates que se realizan por ambas partes para recuperar el control de la zona, ponen en peligro la vida de más de 40 mil niños.
Diversas organizaciones civiles, así como el Estado Islámico señalaron que en la ofensiva, además de artillería y misiles, fue ocupado fosforo blanco, compuesto químico que ha tenido un uso militar como agente incendiario.
Ante esto, el director regional de Unicef, Geert Cappelaere solicitó a las partes en conflicto que proporcionen a los desplazados corredores seguros, para que así encuentren salida a las zonas de conflicto y señaló que « 40 mil niños siguen atrapados en condiciones extremadamente peligrosas en Raqqa. Muchos están atrapados en el fuego cruzado».
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