El 26 de abril de 1986, hace casi 31 años, ocurrió la catástrofe nuclear más grande de todos los tiempos: la explosión de la central nuclear en Chernobyl al norte de Kiev, corazón de Ucrania.
La Zona de los 30 kilómetros, la Zona Muerta, la Zona de Exclusión, la Cuarta Zona… son algunos de los nombres que recibe la única zona prohibida de la central.
Irónicamente la explosión se originó debido a la realización de un experimento para prevenir futuros accidentes.
La explosión de la central nuclear en Chernobyl se suscitó a la 01:23:58 hora local.
El reactor número 4 de la central, donde se produjo el salto repentino en la potencia, tenía por nombre «Chornobylska Atomna Elektrostantsiya Vladímir Ilich Lenin».
Durante la explosión se liberaron 50 toneladas de combustible nuclear, grafito y escombros. La nube de partículas radiactivas se podía ver desde el Aeropuerto de Moscú, a casi 700 kilómetros de distancia.
El accidente nuclear fue clasificado como Nivel 7 o «Accidente Nuclear Grave» en la Escala de Sucesos Nucleares, del Organismo Internacional de Energía Atómica, el nivel más alto posible en dicha regla.
De hecho, Chernobyl ha sido el punto de referencia por el que han sido juzgados todos los otros accidentes nucleares en los últimos 30 años.
El impacto del desastre fue tan grande que incluso liberó cien veces más radiación que las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki. La lluvia nuclear que cayó después del incidente abarcó lugares lejanos, como Irlanda.
«Ha habido un accidente en la central nuclear de Chernobyl. Uno de los reactores nucleares se ha dañado. Se están corrigiendo los efectos del accidente» dictaba el mensaje televisivo con el que la Unión Soviética comunicó sobre el siniestro.
Bielorrusia fue el segundo país más afectado, pues luego de la explosión perdió 485 pueblos, 70 de ellos quedaron sepultados bajo tierra para siempre.
Al día de hoy, no es posible conocer con precisión la cifra total de muertes a causa del accidente de Chernobyl, pues los decesos se han dado como resultado de cánceres y otras enfermedades inducidas por la radiación, incluso durante varias décadas después del evento.
«Las víctimas que sobrevivieron a esta explosión no solo perdieron familiares, mascotas y tierras… Chernobyl destruyó el pasado y la fe en el futuro» Piotr S., psicólogo que vivió el desastre.
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