Asegura China que no quiere iniciar una guerra comercial con el gobierno de Donald Trump.
La portavoz de la Casa Blanca aseguró que las medidas tomadas por el gobierno de China atentan contra la seguridad nacional de Estados Unidos.
En respuesta a la medida del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien implementó aranceles al acero y aluminio que ingresen a su país, el gobierno de China hizo lo propio y cumplió su promesa de imponer impuestos a 128 productos estadounidenses.
La mayoría de los productos que deberán pagar para ingresar a territorio chino pertenecen al sector agrícola y afectaron las importaciones de EE.UU., valoradas en 3 mil millones de dólares: cifra similar a los daños que sufrirá la economía del país asiático a consecuencia de los aranceles impuestos a los metales.
En respuesta, el presidente Trump afirmó que podría imponer nuevos aranceles a productos chinos con valor de 50 mil millones de dólares. No obstante, el gobierno del país asiático ya emitió un comunicado donde informó que no planea comenzar una guerra comercial con Estados Unidos.
A pesar de ello, la portavoz de la Casa Blanca, Lindsay Walters, anunció que estas medidas «perjudican a la seguridad nacional de los Estados Unidos», por lo cual les solicitó a sus injustas prácticas comerciales.
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