La actriz Carrie Fisher, famosa por su personaje de la Princesa Leia en la franquicia de Star Wars, tenía múltiples drogas en su organismo cuando murió, luego de sufrir un paro cardíaco en un vuelo en diciembre pasado, según revela el informe completo de la autopsia.
«La apnea del sueño y otros factores no determinados» contribuyeron a la muerte de Fisher en diciembre, a los 60 años de edad, de acuerdo a declaraciones del médico forense del condado de Los Ángeles. El informe, que no establece la causa de la muerte, sí señala la importancia de «múltiples sustancias detectadas en la sangre y el tejido de Fisher».
En el examen toxicológico dado a conocer este lunes se halló evidencia de que Fisher pudo haber ingerido cocaína en las 72 horas previas a su muerte. La heroína y metadona también fueron citadas, junto con la «exposición lejana a MDMA».
Fisher siempre habló abiertamente de sus batallas contra el consumo de sustancias y enfermedades mentales, escribiendo sobre ellas en sus memorias. Su hija, la actriz Billie Lourd, emitió un comunicado la semana pasada reconociendo también las batallas de su madre: «Mi madre luchó contra una adicción a las drogas y una enfermedad mental durante toda su vida», dijo. «Murió finalmente por eso».
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