El presidente aseveró que se extorsionaba a funcionarios corruptos para cuidarles las espaldas y, de esta forma, salieran impunes.
Las acusaciones vuelan de un lado para otro en Venezuela. Luisa Ortega Díaz, ex fiscal general, y Germán Ferrer, ex diputado oficialista, han sido acusados por Nicolás Maduro de ser cómplices de la corrupción. Según el mandatario ambos personajes –que se encuentran casados– eran líderes de una red dedicada a la extorsión, y para no ventilar a los funcionarios corruptos les cobraban «millones de dólares».
«La corrupción es una plaga (…) que nosotros estamos combatiendo (…) Desafortunadamente, durante estos cuatro años que tengo como presidente nunca, jamás, conté con el apoyo de la Fiscalía General de la República para el combate contra la corrupción, al contrario», declaró Maduro sobre la lucha que realiza su administración para erradicar este mal del país sudamericano.
Según la versión del presidente venezolano, en su momento le entregó pruebas a la ex fiscal general sobre casos de corrupción ligados a la Faja Petrolífera del Orinoco, sin embargo la Fiscalía dio aviso a los involucrados a cambio de una cantidad elevada de dinero.
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