Representantes del gobierno de Suecia, proclamado como el primer gobierno feminista del mundo, visitaron Irán con la intención de mejorar las relaciones económicas entre ambos países, sin embargo, su visita causó polémica por cómo fueron tratadas las mujeres de la delegación nórdica.
Durante su estancia en Irán, la ministra de Asuntos de la Unión Europea y de Comercio, Ann Linde, y otras mujeres de la delegación tuvieron que usar un hijab.
Organismos como UN Watch, así como miembros del Partido Liberal Sueco han criticado dicho comportamiento como vergonzoso y contrario a la protección que Suecia pretende mostrar al mundo.
Sin embargo, el comité que visitó Irán indicó que se hubieran violado las leyes de aquel país si no se usaba un hijab durante los encuentros diplomáticos, contrario a lo ocurrido en 2015, durante la visita de la representación sueca en Arabia Saudita, cuando las mujeres no debieron cubrirse en ningún momento.
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