La música no debe de tener limitantes ni prejuicios. Y la música clásica no debe de ser la excepción. Si un tipo talentoso para tocar el violín interpreta este género musical debería ser intrascendente si ha incursionado en géneros como el pop y el rock; y mucho menos relevancia tendría que tomar el hecho de también ser actor y modelo.
Es el caso del violinista alemán David Garrett, quien se presenta en el Palacio de Bellas Artes para ofrecer un total cinco conciertos. Julien Quentin en el piano es quien lo acompaña en eta serie de presentaciones en la Ciudad de México, en los que deleitara con piezas de Henryk Wieniaski, Antonio Bazzini, César Frank y Piotr Chaikovski entre otros.
Durante las presentaciones que se han desarrollado, el artista ha tenido una buena comunión con el público, de quien ha recibido sendas ovaciones y comentarios de elogio pese a los cuestionamientos de su aparición en el lugar icónico de la cultura en el país.
Al respecto, Garrett señaló: “Mi verdadero hogar es la música clásica, creo que los que están aquí se dan cuenta. Lo que quiero decir es que es un privilegio pisar este recinto”.
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