Los países integrantes de la Unión Europea, se reunieron en Bruselas para delinear el futuro de dicho bloque socioeconómico, sin embargo, se mostraron muy divididos con respecto a la forma que deberá adquirir su proyecto común tras la salida de Reino Unido.
En ausencia de la primera ministra británica, Theresa May, los representantes de los 27 Estados restantes discutieron un primer borrador de lo que será la Agenda de Roma, un documento que traza la agenda política de la UE para los próximos diez años.
El motivo de la división giró en torno a que determinadas iniciativas, que no cuentan con apoyo unánime, se lleven a cabo entre sólo algunos de los países miembros que sí las desean.
Así mismo, se manifestó que existe temor de que “En las naciones industrializadas, (hay el miedo) de que se pierdan empleos por causa de los salarios más bajos en Europa del este. En el este, hay un profundo miedo de que sus poblaciones sean dejada para tras”, explicaron.
Ante la discordia, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, advirtió a los 28 Estados miembros de la UE que la unidad será su “recurso más valioso” al decidir el futuro de la UE.
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