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En diciembre de 2017 se expulsó a los últimos integrantes de esta organización extremista.

Los civiles y las minorías (religiosas y étnicas) fueron perseguidas durante ese tiempo. Hasta el momento se han encontrado restos de más de mil personas.

Fue en junio de 2014 que el Estado Islámico (EI) empezó a hacerse del dominio de varias regiones ubicadas al norte y oeste de Irak, las cuales estuvieron bajo su control hasta finales del año pasado. Durante ese tiempo, los miembros de esta organización mataron a miles de personas, las cuales fueron «sepultadas» en 202 fosas comunes que acaban de ser descubiertas.

Así lo dio a conocer la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien indicó que investigadores ya verificaron las fosas referidas, en las cuales se encontraron restos de niños, ancianos, discapacitados y mujeres, además de integrantes de la policía y las fuerzas armadas de Irak.

Anbar, Ninewa, Salah al-Din y Hiruk son las cuatro provincias iraquíes (cercanas a la frontera con Siria) en donde se localizan las 202 fosas comunes en las que se estima hay restos de entre 6 mil y 12 mil cuerpos humanos, informó la ONU, quien agregó que hasta el momento se han excavado 28 de estas fosas, en las cuales se encontraron 1 258 cuerpos; es por esto que es aún es prematuro y difícil realizar un cálculo exacto.

La Oficina para los Derechos Humanos de la ONU emitió un comunicado en el que subraya lo siguiente: «Aunque es difícil determinar el número total de personas en estas fosas, el lugar más pequeño, en el oeste de Mosul, tenía los restos de ocho cuerpos mientras que se cree que el más grande esté en Jasfa, al sur de Mosul, que puede contener miles».

Es preciso apuntar que hace unos años la ONU refirió que el EI había asesinado a cerca de 33 mil civiles durante los tres años que tuvo presencia en el país, tiempo durante el cual se estableció un régimen violento en contra de los habitantes de estas regiones y se mataba a aquellos que se oponían a su ideología y a quienes mantenían nexos con el gobierno, además se asesinaba a los miembros de otras religiones y homosexuales.

Todos estos homicidios, aseveró la ONU, fueron cometidos en el marco de una campaña sistemática y generalizada de violencia que «pueden constituir crímenes de guerra, de lesa humanidad y genocidio».

El documento asegura que «las fosas comunes documentadas en nuestro informe son un testimonio de la pérdida humana, el sufrimiento sustancial y la sorprendente crueldad». Cabe recordar que en diciembre pasado el gobierno de Irak recuperó el control de estas regiones gracias a la intervención de las fuerzas armadas, quienes apoyadas por tropas estadounidenses, lograron expulsar a los últimos elementos del EI.

 

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