Luego de que el gobierno de Corea del Norte informara que realizó, de manera exitosa, el lanzamiento de un misil intercontinental, las alarmas en los gobiernos de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón se encendieron, por lo que convocaron a una reunión en donde señalaron que estás acciones se interpretan como una «escalada militar» y un completo hermetismo en términos diplomáticos.
La embajadora del gobierno estadounidense, Nikki Haley, señaló que ante las constantes hostilidades y la nula respuesta a las sanciones impuestas, su gobierno se encuentra en condiciones de defenderse en términos militares, fuerzas que no dudarán en desplegar.
Ante esto, el secretario de Estado, Rex Tillerson, comentó que esta acción es una muestra más de la amenaza que representa el régimen de Kim Jong-un. Además, señaló que cualquier país que esté ayudando a Corea del Norte está apoyando a un gobierno potencialmente peligroso.
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