Juan Manuel Santos aseveró que las Fuerzas Armadas deben «actuar con contundencia» tras los ataques suscitados al noreste del país.
Un día después de que terminó el alto al fuego, el presidente ordenó retomar las negociaciones, sin embargo, la tensión se ha apoderado de la relación entre ambas partes.
Ayer por la madrugada, al noreste de Colombia, se presentaron algunos ataques que provocaron afectaciones en el transporte de petróleo y dos militares heridos. Tales incidentes fueron atribuidos al Ejército de Liberación Nacional (ELN) y calificados como «ataques terroristas» por el presidente Juan Manuel Santos.
El mandatario colombiano responsabilizó al ELN de los disturbios y que su gobierno va a «evaluar el futuro del proceso» de diálogos que se había iniciado con el grupo armado. De esta forma queda en el aire el futuro del quinto capítulo en las negociaciones para acordar la paz en el país sudamericano.
Sobre los ataques, la estatal Ecopetrol detalló que resultaron dañadas las estructuras petroleras de los departamentos de Arauca, Bocayá y Casanare.
Mientras tanto Pablo Beltrán, jefe de las negociaciones de ELN, externó que pese a los ataques «no debe alterarse el curso de las conversaciones» pese al momento de crisis en el que se encuentran; no obstante, advirtió que si el gobierno «está interesado en que le busquemos una salida a este incidente, si hay una respuesta positiva, la delegación (del ELN) permanecerá acá».
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