Entrará en vigor el próximo 1 de febrero.
Se eliminarán el 90 por ciento de los impuestos que Japón le aplica a las importaciones provenientes de la UE.
Los eurodiputados aprobaron un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Japón, el cual consideraron como «el más importante del mundo»; el ejercicio democrático en el pleno del parlamento arrojó 474 votos a favor, 152 en contra y 40 abstenciones.
Cecilia Malmström, comisaria europea de Comercio, señaló que este convenio logado con la nación nipona pero dejó en claro las restricciones que deben tenerse en cuenta: «Demuestra que nosotros (eurodiputados) estamos a favor de un comercio abierto, pero regulado». La funcionaria agregó que representa «una señal» de las buenas intenciones de apertura que mantiene la UE actualmente.
El acuerdo se da en un momento en el que el proteccionismo y agresividad mostrada por Donald Trump en la materia y las dificultades políticas que arroja el Brexit, por lo que una alianza de este tipo fortalece a la UE. En este sentido, Malmström habló sobre la situación que existe con Reino Unido: «Todo es un poco incierto en estos momentos, pero un día u otro, tendremos que negociar algo (…) todavía más lejos (de lo acordado con Japón)».
El tratado de libre comercio permitirá que la UE envíe el 85 por ciento de sus productos agroalimentarios al país asiático sin necesidad de pagar impuestos aduaneros, además, los aranceles existentes a otros productos irán bajando paulatinamente. Donde hubo mayores dificultades para cerrar un convenio fue en los productos lácteos, los cuales tienen especial atención en Japón, al final se acordó que varios quesos dejarán de pagar los altos aranceles, esto en un periodo de transición que podría extenderse hasta por 15 años.
Los productos industriales como los plásticos, textiles, cosméticos, sustancias químicas y prendas de vestir dejarán de pagar derechos de aduana, mientras que el impuesto del calzado bajará del 30 al 21 por ciento. El arroz, por su fuerte arraigo y simbolismo en Japón, no fue incluido en el convenio.
Cabe señalar que diversas organizaciones no gubernamentales (ONG) ya se pronunciaron en contra de las implicaciones ambientales que este acuerdo que, aseguran, «confirma que la política comercial europea sigue ciega y sorda a los desajustes sociales y medioambientales que genera», externó la Foundation pour la Nature et .’Homme. Se cuestiona la violación a la normativa establecida en el Acuerdo de París, pues no se cumplen, por ejemplo, «los criterios (…) para que los transportes sean más limpios».
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