Joaquín Restrepo, un artista colombiano que ha expuesto en escenarios y ciudades importantes del mundo, platicó con Novedades, en una charla amena y, hasta cierto punto, íntima sobre su arte, desde el primer contacto, sus influencias y desafíos.
Restrepo nos contó que fue un niño tímido que logró encontrar un refugio en las bibliotecas, en donde, al paso del tiempo, fue tomando libros y curioseando aquellos que captaban su atención por la portada, hasta llegar a los textos de arte.
“Al inicio, fue un escape de la realidad y después se fue convirtiendo en una necesidad”, expresó el artista.

Nos narró que, con una lista de artistas en una mano y un directorio con los teléfonos en la otra, comenzó a llamarles para lograr un acercamiento, de esta forma, logró conocer, visitar y observar cómo trabajaban las personas que él admiraba. “Me fui enamorando mucho del arte”, mencionó.

Sin embargo, más allá de los libros, el escultor tuvo sus primeros contactos con el arte y la creatividad cuando se metió a clases de joyería, en donde fue experimentando y teniendo sus primeras creaciones, al moldear hierro y trabajar con plata.
“Hacía experimentos en el taller de joyería, no quería hacer anillos, yo quería hacer esculturas”.

Influencias
Respecto a sus influencias durante toda su trayectoria, aseguró que ha tenido muchísimas y de todo tipo y técnica, no obstante, resaltó algunos nombres como el de Alberto Giacometti, Ernest Trova, Pipilotti Rist, David Manzur, Débora Arango, Olafur Eliasson, entre otros. Asimismo, dijo que algunos mexicanos que forman parte de su influencia son José Clemente Orozco, Diego Rivera y Arturo Estrada.
“A mí me gustan todas las técnicas y, de pronto, quiero trabajar en una obra que tenga todo”, dijo y agregó, “El arte es como una veta de árbol, te va llevando y él mismo dice cómo quiere que sea”.

Desafíos
Uno de los grandes retos al que se ha enfrentado es a la atemporalidad, pues aunque busca esto en sus obras, está consciente de que la combinación con la tecnología dificulta este objetivo, pues ante un mundo donde ésta va innovándose a diario y con gran celeridad puede llegar a ser una limitante.
Asimismo, nos contó que otro desafío que tiene como artista es “darle la fuerza necesaria artística a las cosas” y es que, en un inicio sólo mostraba sus obras terminadas, conforme al paso del tiempo logró animarse a dar a conocer aquellas inconclusas, pues parte del arte también lo es el proceso que a veces encuentra culminación y otras tantas no.

En otro tenor, el artista latinoamericano mencionó que hoy en día, los creadores de arte tienen un abanico de posibilidades tan amplio que hay una tendencia a explorarlo y explotarlo todo, por ello, al intentar definir su arte, comentó que “Yo no tengo ni idea, más allá de que uno es el reflejo del momento actual y de ese afán que tenemos y de ese exceso de información”.

Al término de la conversación, y bajo el contexto de aquel niño de personalidad introvertida, le preguntamos si el arte le había ayudado en ese aspecto y, con una sonrisa dibujada en el rostro, afirmó “El arte hizo que pudiera comenzar a entender a los demás”.

Asimismo, comentó que tiene el plan de establecer una posada de artistas en su natal país en donde personas puedan ir, conectar con la naturaleza y encontrar un espacio de inspiración. De igual manera, dijo que otro de sus planes es tener un lugar en tierras aztecas.