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Los ingleses llegan por segundo año consecutivo a la final de la Champions. 

El Liverpool le pasó por encima a un Barcelona que no supo hacer valer la ventaja que sacó en su estadio hace unos días. Dos goles de Origi y dos de Wijnaldum le dieron el pase a la final. 

La semana pasada, después del partido de ida en el Camp Nou, parecía que el Barcelona tenía asegurado su pase a la final de la Champios League, el 3-0 auguraba un partido de trámite en Anfield. No obstante, el Liverpool escribió en su estadio una hazaña que ya forma parte de la historia del futbol.

La remontada de los ingleses inició pronto, al minuto 7, Henderson se metió al área para disparar de zurda, el tiro fue atajado por Ter Stegen pero el rechazo le cayó a Origi, quien la empujó al fondo de la portería. La respuesta de los catalanes fue casi inmediata pero sin mayor impacto. Al 14’, Messi tiró de zurda sin embargo, Allison mandó a tiro de esquina, tres minutos más tarde fue Coutinho, pero el portero local volvió a aparecer y al 18’ otra vez el argentino intentó sin tener éxito. Así se fueron al descanso.

Para el complemento el Liverpool salió determinado a concretar la voltereta. Tras un par de intentos de los reds y uno de los blaugrana, al 54’ Wijnaldum (quien entró de cambio para el segundo tiempo) puso el 2-0 de pierna diestra al aprovechar un centro por la banda derecha. Anfield explotó y faltaba más.

Tan solo dos minutos después otra vez el mediocampista holandés puso el 3-0. Ahora fue con un cabezazo tras un centro por la izquierda. El 3-3 en el global forzaba a los tiempos extra, pero faltaba más de media hora de partido y el Barcelona lucía desorientado, sin respuestas. Esta situación fue aprovechada por los locales, quienes buscaban el cuarto para sellar su pase a la final.

Al 79’ se consumó la hazaña. Y fue de una forma que resumió lo que ocurrió en el partido. Tiro de esquina a favor del Liverpool, Arnold acomoda el balón para dejar que cobre Shaqiri, pero se da cuenta que los jugadores del Barcelona se encuentran distraídos, lo que aprovecha para sorprender y asistir a Origi, quien definió de pierna derecha sin marca ante la incredulidad de Ter Stegen: 4-0. La remontada estaba consumada.

Los minutos finales solo evidenciaron la pasividad catalana que fue devorada por el ímpetu inglés. Liverpool acaba de merendarse un aperitivo y ahora espera el plato fuerte, al triunfador de la otra semifinal que disputan Tottenham y Ajax, quien gane se verá las caras con el equipo de Klopp, en el Wanda Metropolitano el próximo 1 de junio.

 

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