Sin opulencia, invitados a la celebración en Palacio Nacional destacaron la austeridad del evento
Obrador sorprendió al salir al balcón principal de Palacio Nacional acompañado únicamente por su esposa.
El primer Grito de Independencia del presidente Andrés Manuel López Obrador consiguió reunir a más de 80 mil asistentes en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México, además de a un grupo selecto de invitados que se dieron cita en el patio principal de Palacio Nacional para conmemorar el arranque del movimiento independentista de la nación.
Con un discurso que recorrió a los padres y madres de la patria, las comunidades indígenas, héroes anónimos, libertad, democracia, soberanía, paz y la grandeza cultural de México, el mandatario fue bien recibido por los asistentes que celebraron su ascenso al poder al grito de «No estás solo», «Sí se pudo» y «Es un honor, estar con Obrador».
Durante la ceremonia oficial, el presidente Obrador se hizo acompañar únicamente de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, aunque en los balcones aledaños se apreciaron las figuras de los secretarios de Relaciones Exteriores y Hacienda, Marcelo Ebrard y Arturo Herrera, respectivamente.
Ya al interior de Palacio Nacional otras funcionarias asistieron a la ceremonia, entre ellas Rocío Nahle y Alejandra Frausto, aunque la noche se la llevó el embajador de Estados Unidos en México, quien compartió una imagen acompañada con la leyenda: «Esta noche, el Zócalo es el centro del mundo. Felicidades a México».
Contrario a las celebraciones de las administraciones anteriores, los mensajes e imágenes difundidas por algunos de los asistentes confirmaron la austeridad de los festejos: sin alcohol, con antojitos típicos y dejando de lado las cenas de gala y la opulencia características en los sexenios pasados.
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