Esta semana, México asalto el Festival de Cine de Berlín, así como sus calles, hoteles y salones con un centenar de directores, productores y directivos connacionales con el fin de vender o financiar películas.
Lo anterior debido a que el certamen del país alemán decidió que México fuera la nación invitada, debido a la gran historia entre ambos, es el caso del premio para Canoa, de Felipe Cazals, la cual tendrá una exhibición especial en versión restaurada.
Así fue como el cineasta Felipe Cazals, habló acerca de su filme que recreaba el linchamiento en un pequeño pueblo del Estado de Puebla, en 1968, en plena aversión al socialismo; “Hoy la pregunta es si los jóvenes de hoy de 19, 18, 30 años, son más preparados políticamente ante la percepción del país en la década de los 80… Y sí es así, Canos tiene una segunda vida, porque se convierte en un documento con una critica para que descubran con más facilidad al público de los setentas”.
Cabe mencionar que de acuerdo con Jorge Sánchez, director del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), había casi 80 miembros de la comunidad en el Berlinale.
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