El día de ayer se realizaron movilizaciones en Madrid, Barcelona y otras ciudades españolas para exigir un diálogo entre Carles Puigdemont y Mariano Rajoy con el propósito de llegar a un acuerdo.
MILES PROTESTAN EN BARCELONA CONTRA LA INDEPENDENCIA CATALANA - FOTO: CLARÍN

Las elecciones del primero de octubre arrojaron un aplastante 90 por ciento a favor del sí, no obstante, acudieron a votar menos de la mitad del electorado.

El día de ayer se realizaron movilizaciones en Madrid, Barcelona y otras ciudades españolas para exigir un diálogo entre Carles Puigdemont y Mariano Rajoy con el propósito de llegar a un acuerdo.

Justo una semana después de la realización del referéndum donde los catalanes votaron sobre la independencia de España, se realizó una marcha multitudinaria en el centro de Barcelona contra este intento promovido por el gobierno de Cataluña.

El llamado bloque «constitucionalista», organizador de la movilización, dio a conocer que se congregaron alrededor de 950 mil personas pero la Guardia Urbana informó que había aproximadamente 350 mil.

Cabe señalar que el presidente de la Generaliat, Carles Puigdemont, ha declarado que el proceso independentista seguirá su curso y en dos días comparecerá ante el parlamento catalán para detallar la situación política que impera en estos momentos; ese día se espera que se declare la independencia de forma unilateral. Por otro lado Mariano Rajoy, presidente español, ha sido tajante en su postura de no permitir la separación del país.

Las pancartas con mayor presencia fueron las que incluían mensajes como «Viva España y viva Cataluña» y «¡Basta! Recuperemos la sensatez»; mientras que dentro de las consignas más repetidas durante la marcha estuvieron: «No se engañen, Cataluña es España» y     «Puigdemont a prisión».

Al final de la marcha hablaron distintos personajes, uno de ellos fue el escritor peruano ganador del Premio Nobel de Literatura y que también cuenta con la nacionalidad española, Mario Vargas Llosa, externó lo siguiente: «la pasión puede ser peligrosa cuando la mueve el fanatismo y el racismo. La peor de todas es la pasión nacionalista. Se necesita mucho más que una conjura golpista de Puigdemont, Junqueras y Forcadell para destruir lo que han construido 500 años de historia. No lo vamos a permitir. Aquí estamos, ciudadanos pacíficos que creemos en la coexistencia, que creemos en la libertad».

 

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