Aproximadamente unas 80 tumbas fueron pintadas con símbolos nazis
El hallazgo se da en un día en el que se tienen contemplados al menos 70 movimientos en todo el país en contra del antisemitismo
Este martes unas 80 tumbas en Francia fueron profanadas en un cementerio judío, en la localidad de Quatzenheim, al ser pintadas con esvásticas nazis azules y amarillas. El hallazgo se dio apenas a unas cuantas horas de que dieran inicio cerca de 70 manifestaciones convocadas en todo el país para denunciar el aumento del antisemitismo en el país.
El hecho fue condenado por el presidente Emmanuel Macron, quien aseguró que «tomaremos acciones, promulgaremos leyes y castigaremos» a los responsables.
Por su parte y como muestra de solidaridad, el ministro de Inmigración israelí, Yoav Gallant, llamó a los judíos de Francia a emigrar a su país. Esta invitación la realizó vía Twitter al escribir un rotundo «Volved a casa, inmigrad a Israel».
Actualmente Francia vive una ola de odio hacia los judíos que ha desatado el enojo de algunos y miedo de otros. El antisemitismo ha llegado tanto en forma de insultos verbales como actos vandálicos.
Como ejemplo de esto, el escritor y filósofo Alain Finkielkraut fue víctima de varios insultos durante una protesta de los llamados «chalecos amarillos», pues algunos de los manifestantes se refirieron a él, entre otras cosas, como «sionista de mierda».
Además, y a parte de las 80 tumbas profanadas, en días pasados una esvástica fue pintada sobre un retrato en París de la fallecida exministra Simone Veil, quien fuera una sobreviviente del holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial. También se encontraron destrozados dos árboles que fueron plantados en memoria de un joven judío asesinado en 2006.
En Francia el número de actos antisemitas se dispararon un 74% en 2018, sumando 541 casos frente a 311 que acontecieron en 2017. Varios funcionarios apuntan al movimiento de los «chalecos amarillos» como un detonante de este odio, pues aunque destacan que «sería falso y absurdo llamar antisemita al movimiento de los ‘chalecos amarillos’», como lo menciona el primer ministro Edouard Philippe, estas manifestaciones también han dejado el descubierto ciertos pensamientos bastante arraigados en la sociedad francesa.
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