La oposición no contó con los votos necesarios.
Se le acusaba de incapacidad moral por haber negado vínculos con Odebrecht.
Pedro Pablo Kuczynski se salvó de milagro y seguirá siendo el mandatario de Perú, ya que en el último momento, y por solo nueve votos, pudo evitar su destitución, que había sido promovida por la oposición. La moción, que buscaba su destitución por “permanente incapacidad moral” necesitaba 87 votos para salir adelante, pero solo obtuvo 79.
En la votación, hubo 19 sufragios en contra y 21 abstenciones. Al final la izquierda fue la que salvó al aún presidente, ya que los fieles a Veronika Mendoza se negaron a votar, y un grupo de 10 fujimoristas díscolos, que decidieron abstenerse mostrando la división entre Keiko Fujimori, la hermana mayor, que promovía la destitución, y Kenji, el menor, que se negaba a apoyarla y prefiere mantener a Kuczynski para negociar el indulto a su padre, ya muy avanzado.
Durante más de 13 horas los legisladores peruanos debatieron si declaraban o no la destitución del presidente, mientras Kuczynski advertía que, en caso de ser destituido, el gran perjudicado será el país. Antes de realizarse la votación, Kuczynski defendió ante la cámara su inocencia y negó haber favorecido a ninguna empresa durante su etapa como ministro del expresidente Alejandro Toledo.
La propia Odebrecht, protagonista del mayor escándalo de corrupción de Latinoamérica, lo dejó mal parado. La semana pasada la constructora brasileña reveló que pagó más de 782.000 dólares a la consultora Westfield Capital, propiedad de Kuczynski, por asesorías entre 2001 y 2006, época en la que el actual mandatario era ministro del gobierno de Alejandro Toledo. Y otro monto mucho mayor, de cerca de 8 millones de dólares, a otras dos consultoras relacionadas con Kuczynski.
HOY NOVEDADES/MI MUNDO