El nuevo dueño de la Fórmula 1, el estadunidense Chase Carey, quien la adquiriera en septiembre de 2016, a través de su empresa Liberty Media, expuso que desea que los pilotos vuelvan a ser los grandes protagonistas de la serie de carreras y convertir el campeonato en un espectáculo como el Superbowl.
«Queremos que todos los pilotos sean estrellas», indicó Carey. Por ello, se puso como objetivo que los Grandes Premios sean más emocionantes y menos previsibles y además, señaló que para él, las reglas actuales son demasiado complicadas.
«Los ingenieros han adelantado a los pilotos (en importancia), así que tenemos que centrarnos en devolver a los pilotos a los primeros planos», comentó.
De igual forma, Carey expresó su intención de realizar un segundo Gran Premio en Estados Unidos, el cual podría realizarse a partir de la temporada 2019, y adelantó que le gustaría que fuera en un circuito urbano, con lo que aseguró, la Fórmula 1 se convertiría en un «evento multidimensional»: carreras, comida, música y exposiciones.
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