El legislador republicano ha sido acusado de recibir sobornos para limitar la injerencia de la DEA en la crisis de opiáceos.
El legislador republicano Tom Marino, nominado por Donald Trump para convertirse en el nuevo zar antidroga del gobierno de los Estados Unidos, ha declinado el posible nombramiento.
La retirada del legislador al puesto se debería a filtraciones de The Washington Post que lo acusan de recibir casi 100 mil dólares de la industria farmacéutica mientras patrocinaba un proyecto de ley en el Congreso que limitaba la injerencia de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) para perseguir a los fabricantes y distribuidores de opiáceos.
Mientras tanto, Donald Trump aseguró en su cuenta de Twitter que Marino «es un buen hombre y un gran congresista». Y cuando fue cuestionado acerca de las filtraciones realizadas por The Washington Post aseguró que revisaría el asunto.
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