Me encontré en Facebook que el famoso integrante de Los Auténticos Decadentes, apodado El Francés, recomendaba un toquín para el fin de semana y lo primero que pensé fue: «Deben ser buenos, si alguien como él se toma el tiempo, graba un video y lo sube a redes», y supongo que la grande expectativa nos la llevamos todos cuando un artista de su talla reconoce el trabajo de sus connacionales.
Sin embargo, para unos oídos exigentes es necesario investigar, por lo que recurrí a Spotify para descubrir unas rolas con sonidos latinos que, entre baladas y mezclas de ska, bachata y demás, me jalaron para asistir al concierto que ofreció Rumbo Sur, el pasado sábado en un lugar cerca de la Condesa.
Al llegar al Multiforo Urbano me encontré un público ambientado que bailaba con una agrupación que tampoco conocía, pero que me hizo mover la cabeza de arriba para abajo, eran Santo Mezcal, una banda mexicana cuyos instrumentos de aire, percusión y cuerdas mezclados armónicamente, nos regalaron rolas con tintes meramente de ska.
Más tarde, cuando concluyó el ritual de Santo Mezcal, llegó el turno de @rumbosuroficial, estos chicos mendocinos ―Renzo, Leo, Coco, Juan, Lisa, Amaiké, Mati y Nacho―, quienes demostraron que el talento no está peleado con la simpatía, por el contrario, el enorme carisma que todos se cargan y la buena vibra que desprenden en el escenario demostraron que son del tipo de músicos que conquistan, además de los oídos, al corazón.
Durante la velada, «No quiero que no vuelvas» ―interpretada por Rumbo Sur y Santo Mezcal― fue prácticamente la rola que más me hizo vibrar, cuando entre el saxo, la trompeta (de dos integrantes de Santo Mezcal), la guitarra eléctrica, el bajo que perfectamente se sincronizaba con la batería, las percusiones, las guitarras y el teclado nos llenaron el alma y nos pusieron a bailar tanto que, al final del toquín ―ya que se habían echado unos covers de Vilma Palma & Vampiros «Bye Bye», del buen Andrés Calamaro «Mil horas» y, sus propios temas―, todos gritábamos en unísono la famosa frase que hace que cualquier artista se regrese a dar un último tema: «¡oe oe oe oe, Rumbo, Rumbo, oe, oe, oe, oe…!».
Al finalizar, pude platicar con ellos y, pese a que todos dejaron la estabilidad de sus trabajos, sus vidas en Argentina, sus familias y comodidades, se arriesgaron para llegar a un país que ya los empieza a reconocer, ya se sabe sus canciones y, lo más importante, que les ha abierto su corazón para seguir escuchándolos con letras que enamoran, impulsan y nos contagian de esa buena vibra que se cargan.
Fin de semana interesante, estos chicos me recordaron que no importa cuántas veces te topes con gente que te ilusiona y que juega con tus sueños, prometiendo éxito (situación que les pasó en El Caribe), mientras tengas claro el objetivo, debes seguir hasta lograrlo y esto, justamente, es lo que nos enseñan los chicos de Rumbo Sur, esta banda argentina que nos ha demostrado, durante su estancia en México, que por más caídas que experimentemos, lo significativo es seguir en el camino.
Esperamos seguir escuchando más de estos chicos tan talentosos, que también nos regalan el taco de ojo tan merecido para las mexicanas.

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