Personas que no han recibido apoyo de Protección Civil pueden solicitar la asesoría de Martera.
Ha habido mejora en las construcciones tras el terremoto del 85, pero la corrupción también influyó en el derrumbe de edificios del pasado 19 de septiembre.
El 19 de septiembre de 2017 ocurrió un evento que prácticamente era imposible que se repitiera en el mismo día de hace 32 años; pues un gran terremoto azotó la Ciudad de México y diversos estados, causando el derrumbe de varios hogares y edificios pero, además, segando la vida de más de 300 personas. No podemos dejar de lado que este sismo trajo demasiadas desgracias con él, por lo que lo mejor que se puede hacer ahora es aprender de este desastre natural para estar mejor preparados ante alguna otra eventualidad.
Tal fue el caso del terrible terremoto del 85, el cual marcó un parteaguas en materia de los sistemas constructivos en la ingeniería y la arquitectura nacional en México, puesto que antes de este temblor el tema de refuerzos o pre-cálculos estructurales -entre otras cosas- eran factores que no se tenían en cuenta o que ni siquiera existían al momento de levantar una casa o edificio, después de aquella catástrofe se pudo mejorar y aplicar demasiados conocimientos empíricos, prácticos y especializados en materia de construcción.
Así, para Ricardo Valdez, arquitecto encargado del área de desarrollo inmobiliario de Martera; el ingeniero Alan Loyola y el arquitecto Diego Oble, fue gracias a la enseñanza que dejó el sismo de hace 32 años que se realizaron diversos cambios en las normas del «Reglamento de construcciones de la ciudad», lo que ayudó a que los daños estructurales y vidas que se perdieron el pasado 19 de septiembre (19S) no fuera de la misma gravedad que el terremoto del 85.
Asimismo, «el 90% de los edificios que sufrieron daños estructurales fueron aquellos que se edificaron antes de 1985 y que, si bien soportaron aquel temblor, su estructura se fue debilitando con los sismos posteriores, siendo el del pasado día 19 aquel finalmente provocó que sucumbieran», comenta Valdez. Sin embargo, el arquitecto Oble menciona que pese a las diversas modificaciones que han ayudado a construir mejores estructuras, la corrupción es un tema que afectó gravemente en el 19S, pues por más modificaciones que se realizaron, no sirven de mucho si se soborna a las autoridades para que permitan llevar a cabo obras que no cuentan con la calidad necesaria para hacerlas seguras, todo esto con tal de ahorrarse varios miles de pesos. Debido a esto, es que el ingeniero Loyola pide a las autoridades y constructoras tener la suficiente noción para darse cuenta que «se están construyendo hogares en donde vivirán cientos de familias, no sólo construcciones, por lo que deben tener la suficiente responsabilidad para llevar a cabo las construcciones que garanticen la seguridad de los residentes».
Así, hablando de los permisos y las especificaciones que debe tener un edificio al momento de ser construido, dependen mucho del tipo de obra, ya que las reglas que se siguen para un rascacielos de 50 pisos son muy diferentes a uno de cinco; así como las zonas en que sean edificados deben tener ciertas características en el suelo, lo que quiere decir que en un fuerte sismo una enorme obra podría soportar más que una de pequeñas medidas si se construyen en las zonas adecuadas. Sin embargo, es la Seduvi quien debe regular el uso de suelo permitido dependiendo de la zona.
Y es que esta es una de las mayores preocupaciones de algunos de los vecinos que, si bien sus hogares no resultaron dañados, si los aledaños, por lo que su temor es que se construyan enormes rascacielos que no puedan soportar el peso; pero para ello, el arquitecto Valdez asegura que mientras una construcción sea edificada en la zona adecuada y con los materiales adecuados, puede soportar un temblor sin mayores problemas. Asimismo, en estos días, otra de las consternaciones que atañe a los ciudadanos que residen cerca de las zonas afectadas, es el hecho de que varios de los edificios que resultaron con derrumbes o daños son prácticamente nuevos, pues incluso, hay quienes llegan a comentar que grandes construcciones, desde su primera piedra hasta la última, se terminaron en tan sólo medio año.
Para ello, Ricardo Valdez asegura que realizar un edifico en buenas condiciones y en poco tiempo es totalmente posible llevando a cabo los procedimientos necesarios, pues «con una buena planificación, materiales y construcción, puedes terminar un rascacielos en 19 días […] El hecho de que acortes el tiempo de construcción no siempre significa que esté mal hecha, sino que hay una buena planeación», comenta el arquitecto. Sin embargo, menciona que en estos casos lo que se tiene que verificar es que tanto los materiales como las técnicas de construcción se lleven de forma adecuada.
Sin embargo, es aquí cuando entra de nuevo el tema de la construcción, porque pese a que se puede realizar una edificación en sea cual sea el tiempo que necesite, esto no sirve de mucho cuando el encargado de la obra, el perito o cualquier otro supervisor, aprueba las construcciones o ni siquiera las revisan ni siguen su debido proceso; pues muchas veces se recibe dinero a cambio de otorgar permisos o ahorrarse dinero en algunos materiales. Debido a esto, es que Martera siempre verifica, por lo menos, dos veces cada una de sus construcciones tanto en materiales como en la ejecución en la mano de obra para que se cumplan con todas las especificaciones que garanticen una óptima seguridad.
Además, en cuanto al tema del pasado terremoto, tanto Ricardo Valdez como el ingeniero Jesús Loyola y el arquitecto Diego Oble, están conscientes de que en estos momentos Protección Civil está saturada verificando diversas viviendas y edificios, por lo que toda aquella persona que aún no haya recibido una visita de las autoridades, puede solicitar una asesoría totalmente gratuita por parte Martera, quienes con gusto les darán su opinión sobre el estado en que se encuentran sus viviendas.
Contacto: http://www.marterainmobiliaria.com/
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