Los rumores de que la renuncia de Sean Spicer había estado sobre la mesa durante meses han sido confirmados.

La tensión entre Trump y su portavoz siempre fue evidente.

¡No! ¡no! ¡no! ¡no! ¡no! ¡Díganle que no a esa pelota! Esa frase popular en la locución de los partidos de béisbol parece la apropiada para la escandalosa salida de Sean Spicer de la Casa Blanca. El ahora exsecretario de Prensa, dio a conocer su renuncia este viernes luego de comunicarle al Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que estaba en profundo desacuerdo con la designación del banquero neoyorquino Anthony Scaramucci como el nuevo Director de Comunicaciones.

De acuerdo a fuentes al interior de la Casa Blanca consultadas por Univisión Noticias, Trump ofreció a Scaramucci el cargo a las 10 de la mañana, no sin antes pedirle a Spicer que permaneciera en su cargo. Pero a pesar de esta solicitud, el jefe de prensa le indicó al presidente que la nueva designación era un gran error. Sin embargo, Spicer demostró la intención de ayudar a que Scaramucci a que se incorpore rápidamente a sus labores.

De acuerdo a medios locales, la tensión entre Trump y Spicer estalló el día de hoy cuando Trump decidió nombrar a Scaramucci, quien siempre ha defendido al mandatario ante las cámaras y que logró hace dos semanas que CNN se retractara por una información falsa, lo que provocó la renuncia de tres periodistas, entre ellos, la del jefe de investigación de la cadena. Además, el ahora Director de Comunicaciones  es un financiero de Nueva York que estuvo muy activo durante la campaña presidencial y además, es muy amigo del presidente, de su hijo mayor y de su yerno.

El puesto que ahora ocupará Scaramucci es considerado de segundo nivel en Washington; como muestra de esto, Mike Dubke, el anterior Director de Comunicaciones dimitió el 18 de mayo pasado, en una partida que sólo fue noticia hasta finales del mismo mes. Dubke decidió no seguir en el puesto a tan sólo tres meses de haberlo ocupado.

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