La Semana Santa es una tradición de la religión judío-cristiana, con la cual llega a su fin el periodo conocido como cuaresma, lapso en el cual los creyentes de dicha religión se abstienen de comer carne de res y cerdo los viernes de cada semana; siendo los días principales el jueves, viernes y sábado santo, así como el domingo de resurrección, en los que aquellos que profesan esas creencias conmemoran la muerte y resurrección de Cristo.
En nuestro país, como es bien sabido, la mayoría de los habitantes son católicos, por lo que estas fechas están establecidas como un periodo vacacional, pese a que hay una variedad de creencias y cultos; por tal motivo, tanto en escuelas como en trabajos, en el caso de la educación básica (primaria y secundaria) se otorgan dos semanas de asueto, para el nivel medio superior y superior se brinda sólo una semana, mientras que para los trabajadores varían los días de descanso en este periodo.
Esta tradición tiene un fuerte significado en nuestro país, principalmente en la capital, en la delegación Iztapalapa para ser precisos, donde, anualmente, se lleva a cabo una representación teatral al aire libre desde el año de 1843.
De acuerdo con una leyenda popular de Iztapalapa, todo comenzó diez años atrás, en 1833, cuando los pobladores afectados por la epidemia de cólera que azolaba a su comunidad, invocaron las imágenes de Cristo que se veneraban en las ermitas de sus barrios para que terminara la ola de muerte que se cernía entre sus familiares.
A los pocos días, según cuenta la historia, la mortandad cesó; como muestra de su agradecimiento a su deidad por haber escuchado sus ruegos, los habitantes de esa región iniciaron la representación de «La Pasión de Cristo», que, hasta nuestros días, ha cumplido 174 años.
El llamado «Vía Crucis» es considerado como Patrimonio Intangible de la Ciudad de México, se realiza en el Cerro de la Estrella o Huizachtepetl de dicha demarcación, el evento es organizado por un comité de vecinos representantes de los «ocho barrios» de Iztapalapa.
Pero México no es el único país donde se llevan a cabo eventos para conmemorar dichas fechas, en Filipinas, una nación donde un 80 por ciento de la población es católica, llevan sus creencias al límite, ya que anualmente se realizan, en promedio, 15 crucifixiones reales, en las que los fieles son clavados a la cruz de forma verdadera y otros cientos se auto flagelan la espalda; por extraño que parezca, esas actividades atraen a miles de turistas, que en 2014 alcanzaron la cifra de 60 mil, entre nacionales y extranjeros.
En nuestro país, aunque no todos profesan esta religión, la mayoría de los capitalinos están de acuerdo con que se otorguen días de asueto por parte de las escuelas y trabajos, con motivo de la semana santa; de acuerdo con una encuesta realizada por Hoy Novedades, ocho de cada diez chilangos están conformes con dicho periodo vacacional, sin importar la religión que ellos sigan. Vivimos en un país laico, ¿o no?
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