El portal Globo informó que, al menos 16 ciudades del estado brasileño de Espírito Santo, suspendieron las fiestas de Carnaval, debido a la reciente crisis de seguridad pública en la región.
Espírito Santo, vecino de Río de Janeiro en el sureste del país, tiene hasta ahora un fuerte despliegue militar, tras vivir una ola de delincuencia que dejó más de 130 muertos a comienzos de este mes.
Es así como, según los datos difundidos por Globo, unos 3 mil 400 efectivos de las Fuerzas Armadas y la Fuerza Nacional, una tropa mixta para situaciones de emergencia, siguen patrullando en la región, pese a que la policía retomó ya sus labores tras una paralización por reclamos salariales.
Cabe mencionar que los policías dejaron las calles sin patrullas, durante diez días a comienzos de febrero como parte de la protesta.
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