El presidente Trump se solidarizó con las víctimas.
Devin Kelley abrió fuego en una misa en Sutherland Springs. Las víctimas tenían entre 5 y 72 años.
El día de ayer se registró un tiroteo en una iglesia bautista en Sutherland Springs, en el condado de Wilson, al sureste de San Antonio, Texas, que dejó como saldo 26 muertos y 24 personas heridas.
La tragedia ocurrió en plena misa cuando el asesino, identificado como Devin P. Kelley, vestido de negro y armado con un rifle semiautomático Ruger AR, irrumpió de improviso en la Primera Iglesia Baptista de Sutherland Springs (condado de Wilson) y disparó indiscriminadamente con una potente arma de fuego contra los asistentes, según testigos. Los vecinos oyeron al menos 20 disparos. Dos de los muertos fueron encontrados fuera de la parroquia; 23 dentro. La víctima mortal restante murió en un hospital. En la eucaristía participaban unas 50 personas.
Luego de la agresión, Kelley, salía de la iglesia y un vecino de la localidad le persiguió y disparó con su rifle. Tras una breve persecución, el tirador, un militar expulsado del Ejército, logró escapar en coche y fue hallado muerto en el vehículo en una carretera cercana. No se ha precisado si murió por los disparos del vecino o si se suicidó.
Las autoridades señalaron que se investiga si el atacante, que pereció poco después del tiroteo, pertenecía a una organización criminal. Minutos después de conocerse la noticia, el presidente Donald Trump se solidarizó con las víctimas y dijo que estaba «monitoreando la situación desde Japón», en medio de su visita por Asia.
May God be w/ the people of Sutherland Springs, Texas. The FBI & law enforcement are on the scene. I am monitoring the situation from Japan.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 5 de noviembre de 2017
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