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El número de personas heridas se encuentra cercano a los 10 mil.

La falta de agua potable y la exposición a la intemperie mantienen preocupadas a las autoridades de Indonesia.

El terremoto de 7.5 grados y el tsunami que azotaron Indonesia el pasado 28 de septiembre cobraron, hasta el momento, la vida de 2 010 personas, informaron las autoridades de ese país, quienes aunado a estas pérdidas humanas temen por los sobrevivientes debido a las condiciones insalubres que enfrentan.

El gobierno de Indonesia apuntó que tras los dos fenómenos naturales que se presentaron son decenas de miles los habitantes desplazados, quienes padecen la falta de agua potable y de cobijo, circunstancias que podrían favorecer la aparición de varias enfermedades pese a las arduas jornadas de trabajo sanitario.

Al respecto la jefa de los servicios de salud del departamento de Sanidad de la isla de Cébeles, declaró: «Inicialmente estamos tratando principalmente heridas. Ahora nuestra principal preocupación es la diarrea, la gripe, las enfermedades de la piel, principalmente por la falta de agua potable y la exposición».

La doctora manifestó su alarma por la situación que impera en Indonesia: «Francamente no tenemos la capacidad para organizar y centrar nuestros esfuerzos ahora mismo (…) los campamentos de evacuados están dispersos por todas partes y también nuestros voluntarios».

En este sentido, las autoridades apuntaron que los desplazados se encuentran instalados bajo lonas junto a las carreteras, muchos de ellos no cuentan con letrinas adecuadas y están rodeados de basura.

Samuel Carpenter, asesor humanitario del Departamento para el Desarrollo Internacional (DFID) de Reino Unido, externó que «la preocupación inmediata es el refugio y las enfermedades que se transmiten por el agua (…) necesitamos estar preparados para brotes», toda vez que la temporada de lluvias en Indonesia inicia en noviembre.

 

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