Retuvo algunos documentos, luego de recibir presiones del FBI y la CIA.
El presidente de Estados Unidos ordenó a su equipo revisar los documentos retenidos, que podrían ser liberados en abril de 2018.
Aunque este jueves, Donald Trump liberó la publicación de unos 2 800 documentos hasta ahora clasificados sobre el asesinato del expresidente John F. Kennedy; sin embargo, retuvo algunos, luego de recibir presiones del FBI y la CIA.
El presidente de Estados Unidos ordenó a su equipo revisar los documentos retenidos o censurados, a lo largo de los próximos seis meses, con la idea de volver a pronunciarse sobre el asunto y quizá publicar alguno más, en abril de 2018, según adelantaron altos funcionarios estadounidenses.
«Hoy ordeno que el velo finalmente se levante sobre el último tramo de documentos relativos al asesinato de Kennedy que el gobierno estadounidense mantiene confidenciales», indicó Trump en un memorando presidencial.
El mandatario aseguró que el pueblo estadounidense espera y merece el mayor acceso posible a los archivos sobre ese hito histórico, pero que, de los 3 100 documentos que poseen los Archivos Nacionales, «alguna información debe seguir censurada» por el momento debido a cuestiones de seguridad nacional.
Una de las funcionarias que hablaron con los periodistas confirmó que la gran mayoría de las solicitudes de que Trump mantuviera censurados ciertos documentos provinieron del FBI y la CIA, pues a dichas agencias les preocupa que los archivos expongan «la identidad de individuos implicados y su papel como informantes de una investigación de seguridad o inteligencia», quienes aún pueden seguir vivos hoy, apuntó otro alto funcionario.
Entre dichas actividades podrían estar los acuerdos de inteligencia que EU tenía en 1963 con el gobierno de México, según aseguró este miércoles a la agencia EFE el juez federal John R. Tunheim, quien entre 1994 y 1998 revisó todos los documentos oficiales de la Casa Blanca sobre el asesinato de Kennedy.
Esos acuerdos habrían permitido a Washington, según informes de prensa, vigilar las embajadas en la capital mexicana de Cuba y la Unión Soviética, visitadas por el presunto ejecutor de Kennedy, Lee Harvey Oswald, seis semanas antes del asesinato.
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