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El líder opositor externó que no detendrá su movimiento político. 

La UE advirtió que esta determinación no ayuda a encontrar una solución sino que agranda las tensiones.

Hace dos días, la Asamblea Nacional Constituyente decidió quitarle la inmunidad a Juan Guaidó, presidente del Parlamento y autoproclamado presidente interino de Venezuela. Esto propició que la Unión Europea (UE) se manifestara en contra de esta medida tomada por el organismo oficialista del país sudamericano.

Federica Mogherini, diplomática de la UE, aseveró que «estos actos socavan una salida política de la crisis y solo conducen a una mayor polarización y escalada de las tensiones en el país». La representante del organismo continental dejó en claro la postura emitida en Bruselas:

«La UE rechaza la decisión tomada por la Asamblea Nacional Constituyente no reconocida para levantar la inmunidad parlamentaria a Juan Guaidó. Esa decisión constituye una gran violación de la constitución venezolana, así como del estado de derecho y la separación del poder».

Y es que, con la medida, la Asamblea dio paso a un juicio penal en contra de Guaidó por usurpación de labores, el cual estaría a cargo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). En este sentido se pronunció Diosdado Cabello, presidente del organismo que apoya a Nicolás Maduro, quien aseveró que «el decreto autoriza a seguir con el curso legal de todas las investigaciones necesarias y los juicios (…) para que haya justicia en nuestro país».

Tras darse a conocer el retiro de inmunidad, Guaidó indicó que no tiene planeado abandonar el país y que su movimiento político no se detendrá, asimismo acotó que no eludirá su responsabilidad. «Si quieren avanzar háganlo, eso sí, asuman las consecuencias», espetó.

 

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