La presencia de ciclistas en la Ciudad de México ha incrementado considerablemente en los últimos años. Unos ven en la bicicleta el medio de transporte ideal para ir de un lugar a otro, y algunos más lo hacen simplemente por distracción. En ambos casos, los ciudadanos deben tener en cuenta que rodar por la calle implica una serie de derechos y obligaciones que deben conocerse.
Todos estos lineamientos están incluidos en el Manual del Ciclista Urbano de la Ciudad de México. Así como los automovilistas deben ceñirse al Reglamento de Tránsito, los velocipedistas también tienen la obligación de apegarse a este manual que establece las formas en las que se deben de manejar.
Al rodar por las calles y avenidas, los ciclistas deben respetar las reglas básicas, por ejemplo, detenerse antes de incorporarse al tránsito, no circular en sentido contrario y respetar las luces del semáforo, así como indicar con las manos su intención de dar vuelta o de detenerse.
El hecho de que los ciclistas cuenten con carriles destinados sólo para su circulación, no implica que deban estar exentos de asumir sus obligaciones viales, así como tampoco los automovilistas deben estar absueltos de respetar este espacio y la integridad física de quienes usan bicicleta.
En el caso de los espacios compartidos con otros vehículos, éstos deben contar con dispositivos para regular la velocidad. De tal forma que, en el caso de los carriles ubicados en la extrema derecha del área vehicular, debe haber el espacio suficiente que permita que ciclistas y conductores de autos motorizados se muevan de forma segura.
Este manual incluye una serie de recomendaciones para circular en avenidas, ejes viales y vialidades secundarias que conectan con calles y colonias, con el propósito de evitar infracciones o accidentes que los pongan en riesgo.
Este documento se puede consultar en un formato pdf que la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la capital elaboró y puso disponible en su página de Internet.
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