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El autobús del club xeneize fue agredido por aficionados de River Plate.

Dirigentes de ambos equipos y Conmebol se reunirán el martes para llegar a un acuerdo.

La llamada superfinal entre Boca Juniors y River Plate que definirá al campeón de la Copa Libertadores se ha postergado. El juego de vuelta debió jugarse el sábado pero tras el incidente violento presentado en el camino del conjunto xeneize al estadio, se dijo que sería el domingo el día del duelo, sin embargo, no fue así y todo ha quedado en el aire.

Tras la agresión de aficionados del club millonario al autobús del conjunto xeneize, al que le lanzaron proyectiles y gas pimienta que rompieron algunos cristales, varios jugadores resultaron con algún tipo de daño; Pablo Pérez tuvo que ser trasladado a una clínica para que se le atendiera el ojo derecho, el cual fue herido por algunos de los vidrios que volaron tras el impacto. Desde ese momento todo fue incertidumbre.

Los dirigentes de ambos clubes y de la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol) se reunieron en varias oportunidades sin nada concreto. En un principio trascendió que el juego se disputaría el mismo sábado pero dos horas más tarde, pero Boca Juniors no accedió. Horas después se anunció que el encuentro sería el domingo a las 17:00 hora local, pero por la mañana la directiva xeneize emitió un comunicado en el que se negaba a presentarse en el estadio por no tener las garantías necesarias y al considerar que no había «condiciones de igualdad».

Teniendo en cuanta la postura de ambos equipos, la Conmebol determinó finalmente que el juego de vuelta no se realizaría el domingo. El organismo sudamericano anunció, a través de su cuenta de Twitter, que «la nueva fecha de la final será analizada y decidida en una reunión en Asunción (Paraguay) el martes 27 a las 10 de la mañana (hora local) con los presidentes de los clubes finalistas, Boca Juniors y River Plate».

Cabe recordar que el juego de ida de esta final, agendado en un inicio para el sábado 10 de noviembre, terminó por jugarse el domingo 11 debido a que la cancha del estadio de Boca Juniors estaba inundada tras las fuertes lluvias que se presentaron en Buenos Aires. Ahora el partido de vuelta se realizará en una fecha por definir, aunque por una causa grave, que demuestra la mala organización del evento y la violencia radicalizada que se vive en el futbol argentino.

 

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