El presidente estadounidense visitó al Capitolio con la intención de llegar a acuerdos sobre la reforma fiscal que tanto ha promovido.
Previo a su visita, Trump atacó a parte del senado –conformado en su mayoría por republicanos–, circunstancia que le atrajo más oposición de la que ya se preveía para este encuentro.
Como muchos lo esperaban, la primera visita de Donald Trump como presidente al Congreso resultó ser todo un show. Un buen número de detractores lo esperaban y una que otra consigna lanzada al aire fueron las atenuantes de este suceso.
El propósito del mandatario estadounidense era buscar los acuerdos necesarios en el Capitolio para impulsar su reforma tributaria. Sin embargo, las horas previas al encuentro avisaban de lo tensa y ríspida que sería la situación: Trump arremetió, vía Twitter, contra el senador republicano Bob Corker, quien reviró afirmando que el magnate «degrada» al país y que no es «digno de confianza».
«No sé por qué se rebaja a un nivel tan bajo y degrada a nuestro país de la formas en que lo hace, pero lo hace», indicó el también presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del senado sobre las formas en que se expresa el mandatario.
Pero Corker no fue el único que cuestionó al presidente, otro senador republicano, Jeff Flake, externó: «Debemos dejar de pretender que la degradación de la política y la conducta de algunos en nuestro poder ejecutivo son normales. No son normales».
Su discurso siguió en la misma tónica y señaló las actitudes de Trump: «El comportamiento imprudente, escandaloso e indigno se excusa diciendo que es así cuando en realidad simplemente es imprudente, escandaloso e indigno. Cuando ese comportamiento emana de la cúspide de nuestro gobierno, es otra cosa. Es peligroso para una democracia».
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