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El presidente Emmanuel Macron será presidente de Francia por cinco años más tras derrotar a la representante de la extrema derecha, Marine Le pen, en las elecciones de este fin de semana. Sin embargo, su triunfo deja ver una sociedad fracturada al obtener 58% de los votos frente al 41% de su rival.

En la primera ronda obtuvo 27.84% de los votos, frente a 23.15% de Le Pen. Asimismo, cabe destacar que el 28.2% de los votantes decidió no acudir a las urnas, el indicador más alto desde 1969, de acuerdo con las últimas estimaciones de la firma Ifop.

Estos resultados, frente a un mejor porcentaje de la ultra derecha respecto a años pasados, para los analistas significarían que el pueblo francés está descontento con el actual proyecto de nación.

Con la Torre Eiffel de fondo, Macron recibió el triunfo junto a su esposa Brigitte mientras el Himno a la Alegría sonaba de fondo. Sin embargo, también aceptó que un sector considerable votó por él no por convicción, sino para frenar a la candidata derechista.

En un discurso de menos de 15 minutos, agradeció a sus votantes por “confiar en mí para lograr una Francia más independiente, una Europa más fuerte, a través de inversiones y cambios profundos (…) Sé que muchos de nuestros compatriotas votaron por mí hoy, no por apoyar las ideas que llevo, sino para bloquear a la extrema derecha. Quiero decirles que soy consciente de que este voto me obliga para los próximos años”.

A quienes no simpatizan con él, les aclaró que será un gobernante que buscará calmar “la rabia y los desacuerdos” que llevaron a hacerlos optar por la derecha radical. Asimismo, aseguró que mejorará la económica, apoyará la innovación y hará de Francia “una gran nación ecológica”.

Por su parte, Le Pen admitió su derrota, denunció “métodos desleales” y consideró que “en esta derrota veo una forma de esperanza”.

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