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La mayoría de las víctimas son migrantes y refugiados.

La primera ministra de Nueva Zelanda apuntó que este acto solo puede ser calificado como terrorista.  

Dos mezquitas de la ciudad de Christchurch, ubicada en la isla sur de Nueva Zelanda, fueron el lugar en el que se perpetraron ataques a tiros que dejaron un saldo de 49 personas muertas y alrededor de dos decenas heridas de gravedad. Así lo informaron las autoridades locales, quienes apuntaron que se trató de una acción racista.

Jacinda Ardem, primera ministra de Nueva Zelanda, refirió que este es «un acto de violencia extraordinario y sin precedentes (…) está claro que esto solo puede describirse como un ataque terrorista». La funcionaria indicó que fue decretado el segundo nivel de amenaza a la seguridad nacional; además, agregó que muchas de las víctimas son refugiados y migrantes.

La policía dio a conocer que detuvo a cuatro sospechosos, uno de los cuales fue acusado de homicidio. Scott Morrison, primer ministro de Australia, dio a conocer que uno de los sujetos es ciudadano australiano. Horas más tarde un supremacista de 28 años se adjudicó el ataque y lanzó un manifiesto antiinmigrante.

Uno de los asesinos transmitió el ataque en vivo por Facebook, colocó la cámara encima del arma larga que uso para disparar indiscriminadamente contra la gente que se encontraba dentro de la mezquita, en algunos casos detonó contra personas que ya se encontraban heridas o muerta en el piso; en el video se aprecia cómo el sujeto sale para dirigirse a su auto y cambiar el arma, en el camino dispara contra las personas que pasan por la calle.

En la mezquita Masjid Al Noor, ubicada al centro de la ciudad, se presentaron 30 decesos y el resto se registraron en el centro Linwood Masjid Mosque, señaló Mike Bush, jefe de policía, quien detalló que se encontraron dos artefactos explosivos en un automóvil, los cuales fueron desactivados por personal especializado.

 

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