Este lunes, manifestantes que protestaban en el Mausoleo de los soldados soviéticos por el Día de la Victoria, le arrojaron pintura roja a Sergei Andreyev, embajador de Rusia en Polonia, en referencia a la sangre de los ucranianos asesinados en la actual guerra.
Aunque la embajada rusa renunció a cualquier acto público fuera de su recinto por recomendación del ministerio de Exteriores polaco y del alcalde de la ciudad, el embajador y una pequeña comitiva decidieron dirigirse al cementerio.
Algunos manifestantes que ya estaban en el lugar identificaron a Andreyev a su llegada, por lo que un grupo se separó del resto para llevar a cabo el acto de protesta con la pintura roja que le aventaron directo al rostro.
A pesar de esto, el embajador gritó que estaba “orgulloso” de su presidente, Vladímir Putin, además de comentar que “esos territorios no pertenecen a Ucrania” (Donetsk y Lugansk). Acto seguido se abrió paso a su transporte.
El cementerio-mausoleo de los soldados soviéticos se encuentra ocupa 19 hectáreas de Varsovia y se estableció poco después del final de la Segunda Guerra Mundial para albergar los restos de más de 20.000 soldados del Ejército Rojo muertos entre 1944 y 1945.
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