La reforma podría representar un riesgo para la economía mexicana. Foto: Excélsior.

A pesar de que la Cámara de Representantes aprobó el plan tibutario de Trump, éste se deberá votar de nuevo.

La reforma podría representar un riesgo para la economía mexicana.

A pesar de que una objeción de último minuto por parte de la minoría demócrata logró retrasar la votación final en el Senado para el día de hoy, la Cámara de Representantes aprobó ayer una reforma fiscal anhelada por los republicanos que incluye una ambiciosa reducción de los impuestos que beneficiará principalmente a gente acaudalada y a las corporaciones y que ha sido criticada desde diversos puntos de la sociedad norteamericana.

La razón que generó la objeción de último minuto fue que los demócratas encontraron que tres artículos menores violan algunas normas presupuestarias, por lo que la votación, en la que se había aprobado la reforma, deberá realizarse de nuevo para que se adapte a los requerimientos del Senado, el cual procederá también a su tratamiento. Los artículos en cuestión se refieren a cuentas de ahorro para educación y universidades privadas.

Tal y como lo documenta Excélsior, «El proyecto de 500 páginas incluye una reducción de impuestos por casi 1.5 billones de dólares. Y entre los puntos principales está también una disminución de los impuestos a las empresas de 35 a 21 por ciento».

Esta legislación ya activó las alarmas en México, ya que el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero consideró que esta reforma sería un factor de riesgo por su carácter expansivo. El IMEF insistió en hacer cambios fiscales como la generalización del IVA y la reducción del ISR.

Por su parte, el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF) actualizó su balance de riesgos y colocó por primera vez a la reforma fiscal estadounidense como un elemento que genera incertidumbre, con la prevaleciente por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

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