Por: Blanca E. Cortés
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La sociedad se ha enfrentado a diversos cambios y transformaciones desde tiempos inmemorables, puesto que, cuando uno nace ya hay ideologías, costumbres y tradiciones establecidas en ella, lo cual nos va formando como individuos para, posteriormente, involucrarnos como ciudadanos.
Puede que te haya tocado nacer en una familia ultraderechista, católica hasta donde Dios les da licencia, y por ende, tú llegues a seguir esos pasos… o no, porque gracias a la vida no todo está perdido, ya que como personas tenemos la alternativa de cuestionar lo establecido y partir de ello para crear tu propio camino.
Lo anterior no lo he inventado yo, sentada detrás de un monitor y con un teclado de por medio, sino que ha sido analizado y estudiado por el padre del imaginario social, Cornelius Castoriadis, quien partía de dicho termino con la base de la imaginación, la cual la concibe como creación humana indeterminada, por tanto, es una herramienta del cambio.
El cambio es una palabra muy ambigua, pues para ti y para mí puede llegar a tener diversos significados, sin embargo, creo que a estas alturas todos los humanos podríamos llegar a un punto neutral. Lo anterior, lo digo por los sucesos de la semana pasada, la cual cerró con el protagonismo de Estados Unidos y su orden de misiles hacia Siria, como castigo hacia el gobierno de dicha nación, debido al ataque químico que sucedió un par de días antes de la orden estadounidense.
El imaginario y el gobierno, así como los medios de comunicación nos dan a conocer que Siria tiene la culpa por seguir con su «guerra civil» que lleva 6 años, mientras muestra a un Estados Unidos como héroe de la película. Pero, ¿por qué no aplicamos las de Castoriadis?, quien toma a la imaginación como base y crea el concepto de «imaginario instituyente», el cual nos regresa la esperanza a la humanidad, dado quecon ello podemos voltear la moneda para pensar que es todo lo contrario y el país norteamericano solamente quiere otro pretexto para atacar.
Es momento de ser más críticos y pensar más allá de lo que nosotros vemos o lo que nos muestran los medios de comunicación, emplear nuestra propia imaginación y hacer un cambio en nosotros mismos, generando más empatía con los otros, dejar de ser xenófobos con el vecino, apoyar a nuestro compañero. Hay que volvernos más críticos, la propuesta opuesta o de transformación.
No olviden que «hay que cuestionar lo dado, esa es la función del saber»: Cornelius Castoriadis.
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