El estadio de los Dodgers fue testigo de un acontecimiento histórico. Por fin se le hizo a la novena de Estados Unidos: es la campeona del Clásico Mundial de Beisbol. Y lo hizo de gran manera, aplastando a los puertorriqueños por marcador de 8-0.
Uno de los pilares de esta victoria fue el pitcher Marcus Stroman, quien desde «la lomita» realizó un estupendo trabajo. El jugador de los Toronto Blue Jays ganó su segundo juego del torneo con un hit, cinco ponches y una base por bolas.
Los locales se adelantaron en el tercer rollo con dos anotaciones gracias a un home run de Ian Kinsler. La ventaja aumento a cuatro para la quinta entrada gracias a los nervios del lanzador boricua Seth Lugo. Este descontrol de la selección de Puerto Rico fue aprovechado por fue Yelich, quien marcó la quinta en la pizarra. El tiro de gracia fue dado en la séptima entrada, cuando entraron las últimas tres anotaciones.
Está derrota fue la segunda consecutiva para los de la isla, quienes la edición pasada cayeron en la final ante República Dominicana.
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