La compra consolidada de medicamentos del Gobierno federal para los años 2025-2026 no cumplió con las expectativas, dejando sin contratos el 61 % de las claves requeridas. Esto obligará a realizar una segunda ronda de licitación o a recurrir a adquisiciones directas por parte de las instituciones de salud.

Faltantes en medicamentos clave

De las 3,900 claves solicitadas, 1,318 no tuvieron ofertas de empresas interesadas, mientras que otras 1,044 fueron declaradas desiertas debido a problemas técnicos o económicos en las propuestas de los laboratorios. Entre los medicamentos más afectados destacan:

  • Oncológicos: Ciclofosfamida, Metotrexato, Cisplatino, entre otros.
  • Antibióticos y analgésicos: Azitromicina, morfina y fentanilo en tabletas.
  • Tratamientos crónicos: Medicamentos para diabetes e hipertensión.
  • Insumos médicos: Catéteres, sondas y jeringas.

El subsecretario de Salud, Eduardo Clark, señaló que, en términos de piezas, 1,218 millones quedaron sin contrato, lo que representa un tercio de lo programado. Sin embargo, destacó que muchas claves sin asignar tienen volúmenes menores, con 85 % de las claves sin oferta correspondientes a menos de 5,000 piezas anuales.

Segunda ronda y perspectivas

La Secretaría de Salud planea una segunda licitación pública para cubrir las claves pendientes. Además, 25 % de las claves no asignadas podrían ser adjudicadas si los postores corrigen problemas documentales o técnicos.

Clark también afirmó que se lograron ofertas para 97.6 % de los medicamentos más costosos, asegurando que lo adjudicado cubre una parte significativa de las necesidades médicas para los próximos dos años.

Comparativa con compras anteriores

A pesar de que el Gobierno federal calificó la compra como “exitosa”, el alto porcentaje de claves desiertas es comparable, e incluso superior, a las compras consolidadas realizadas en administraciones previas. Esta situación ha generado críticas debido a los riesgos que implica para el abastecimiento de medicamentos en instituciones como el IMSS, ISSSTE, Pemex y la Secretaría de Salud.

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Con este panorama, las instituciones de salud podrían verse obligadas a realizar compras directas, a menudo a precios más elevados, para garantizar el abasto en los centros médicos.

Con información de medios.

KJCS