La llamada «ley de esclavitud» puso en la mira al gobierno de Hungría.
Continúan las manifestaciones en Hungría por la reforma laboral

La llamada «ley de esclavitud» puso en la mira al gobierno de Hungría

Los trabajadores podrán cobrar sus horas extras después de tres años de haberlas laborado.

Más de 15 mil manifestantes han tomado las principales plazas de Hungría para protestar en contra de la recién aprobada (el 12 de diciembre) reforma laboral, la cual ha sido catalogada por la oposición como «la ley de esclavitud».

Esta medida implica un incremento en las horas extra laborales, mismas que podrán pasar de 250 a 400 horas mensuales y los empleadores podrán pagarlas hasta en un lapso de 36 meses después de haber sido trabajados, es decir, tres años más tarde.

Dicha iniciativa urgió a los trabajadores a manifestarse contra lo que llamaron «reforma de derecho de esclavitud», por lo que exigieron dar marcha atrás a esta medida, además de solicitar un incremento al salario mínimo.

No obstante las peticiones de los trabajadores, el Primer Ministro de Hungría, Viktor Orban, entregó su respuesta: «para ganar más hay que trabajar más», sin embargo, sus declaraciones fueron más allá y definió a los protestantes como «criminales y vándalos».

De acuerdo a la reforma laboral, cada empleado podrá registrar hasta 50 días laborales de horas extras al año, es decir, una hora por día, empero dicha medida obligaría a que cada trabajador negocie sus condiciones laborales de manera particular, saltándose así la función ejercita por los sindicatos que fungen como negociadores con las compañías.

Cabe destacar que industria automotriz ha dado las herramientas suficientes a Hungría para frenar la tasa de desempleo, sin embargo, también ha provocado una escases de mano de obra, por lo cual el gobierno decidió aportar por el incremento de las horas extra laborales para no dar paso a la inmigración ni a la falta de experiencia de sus trabajadores.

Para los opositores al régimen, la reforma laboral es un claro ejemplo de la política «dictatorial» que se vive actualmente en el país, en donde el partido del Primer ministro, el Fidesz, controla la mayoría del parlamento, lo que ha provocado la falta de reformas individuales que puedan modificar las iniciativas del partido en el poder.

HOY NOVEDADES/MI MUNDO