La capital de Sinaloa vive momentos de dolor y enojo tras el asesinato de Antonio Sarmiento y sus hijos Alexander y Gael, de 9 y 12 años. El trágico incidente, ocurrido durante un intento de robo de auto, provocó una masiva manifestación en Culiacán, donde miles exigieron justicia y señalaron al gobernador Rubén Rocha Moya por su inacción ante la creciente inseguridad.

Entre gritos de “¡Fuera Rocha!” y “¡Fuera narcogobernador!”, al menos 5 mil personas marcharon por el centro de Culiacán, incluyendo niños, padres de familia, activistas y líderes locales. La señora Rocío, madre de los menores y esposa de Antonio, lideró la marcha y fue llamada a una reunión privada con el gobernador, lo que generó descontento entre los manifestantes.

Protesta escala en el Palacio de Gobierno

El clamor por justicia se intensificó cuando un grupo de manifestantes irrumpió en el Palacio de Gobierno. Cristales rotos, paredes dañadas y mobiliario destruido fueron parte de los estragos en las oficinas del gobernador. La indignación creció al conocerse que este acto violento fue motivado por la frustración hacia la falta de respuestas concretas de las autoridades.

El secretario de Gobierno de Sinaloa, Feliciano Castro, declaró que comprende la indignación ciudadana y aseguró que no habrá represalias por los daños ocasionados al edificio gubernamental.

Una ciudad en medio del narcoterror

La tragedia ocurre en un contexto de violencia desbordada en Sinaloa. Desde septiembre, cuando estalló una narcoguerra entre las facciones de “Los Chapitos” e Ismael “El Mayo” Zambada, la entidad ha registrado más de 800 asesinatos y mil desapariciones, según la Fiscalía General del Estado.

El caso de la familia Sarmiento ha evidenciado las profundas heridas de una sociedad que vive bajo el asedio de grupos criminales. La oficina del secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, tomó la investigación del crimen, prometiendo esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia.

“Que el gobernador haga lo que le toca, queremos venir sin miedo a la escuela”, declaró Víctor Manuel Aispuro, director de la primaria Sócrates, donde estudiaba Alexander. Las palabras reflejan el sentimiento generalizado de una comunidad que exige recuperar la paz en su tierra.

Con información de medios.

KJCS