Después de que Daniel Ortega se proclamara una vez más como presidente de Nicaragua, los Estados Unidos amenazaron con imponer nuevas sanciones al país en respuesta a las elecciones que calificaron como «no democráticas».
«Continuaremos usando la diplomacia, las acciones coordinadas con nuestros aliados y socios regionales, las sanciones y las restricciones de visado para que los cómplices en el apoyo a los actos no democráticos del gobierno de Ortega-Murillo rindan cuentas», afirmó en un comunicado el secretario de Estado, Antony Blinken, refiriéndose al presidente y su esposa, Rosario Murillo.
El triunfo de Ortega estaba prácticamente asegurado desde que las autoridades nicaragüenses detuvieron a siete posibles candidatos presidenciales desde el junio pasado.
«Aunque Ortega y Murillo pueden permanecer atrincherados en el poder, las elecciones no democráticas de Nicaragua no les proporcionan ni pueden proporcionarles un mandato democrático para gobernar», remarcó Blinken.
Por ello, el secretario de Estado adelantó que trabajará con otras democracias para realizar elecciones libres y justas en Nicaragua, además del respeto a los derechos humanos, comenzando por la liberación «inmediata e incondicional de los encarcelados injustamente», reclamó Blinken.
Ortega, quien el jueves cumplirá 76 años, fue reelegido el domingo con el 75 % de los votos, según resultados parciales. Su mandato durará otros cinco años a la cabeza del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda), junto a Murillo, de 70, que será vicepresidenta por segunda vez.
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