Luis Videgaray es un hombre de confianza para Peña Nieto, pues ha fungido en escenarios clave y críticos para los intereses del Ejecutivo Federal, desde ser coordinador de campaña para los comicios presidenciales de 2012, hasta coordinar la transición gubernamental, pasando por su cargo de secretario de Hacienda, y desde inicios de 2017, como secretario de Relaciones Exteriores.
Por si fuera poco, en esta última encomienda causó polémica desde el día que fue nombrado y declaró: «Yo no conozco la Secretaría de Relaciones Exteriores, no soy un diplomático», «Se los digo de corazón y con humildad: vengo a aprender de ustedes», lo que desató un bombardeo de memes y sátiras en redes sociales, que lo tachaban de becario o practicante.
Hoy, ante legisladores, el «aprendiz sensación» extendió un pergamino donde enlistó un decálogo con el que, se plantea, México enfrentaría al magnate y ahora presidente Donald Trump.
Comenzó hablando de la necesidad de política de Estado, solicitó unidad y pidió al resto de partidos políticos sacar las negociaciones con EU de la batalla política, especialmente ante las elecciones que se avecinan en este año.
Además reclamó una política exterior «de Estado», en el que estén aglutinadas todas las voces del Senado.
Anunció que reenfocará sus relaciones exteriores hacia América Latina y el eje Asia Pacífico, especialmente con China y Japón, incluso declaró: «Ya se tiene un acuerdo de libre comercio con Japón, país del que recibimos una (significativa) inversión de su parte dentro de las fronteras nacionales».
Respecto a la defensa de las remesas, según Videgaray, las divisas que México recibe de sus migrantes «tienen un profundo contenido social» y son un acto de solidaridad cuya protección será una prioridad para el gobierno, como ya también se declaró desde la SHCP.
Además, el canciller acusó, ante legisladores, que la violencia que se vive en México es consecuencia del consumo de estupefacientes en la Unión Americana, por tanto debe aceptar responsabilidad histórica, por lo que exigió al vecino del norte «asumir acciones eficaces para frenar el tráfico de armas y dinero de norte a sur».
En relación a la libertad económica, dijo que para la nueva etapa México no acepará restricciones en referencia a la imposición de remesas al intercambio comercial. «México no rehúye la posibilidad de mejorar el TLCAN, pero su naturaleza fundamental, de libertad económica debe mantenerse».
Asimismo, el canciller anunció que en la negociación con el equipo de Donald Trump sobre el futuro del Tratado propondrá incluir nuevos sectores que no existían, cuando en 1994 se negoció el acuerdo actual; como comercio electrónico, las telecomunicaciones o el sector energético.
También habló del fin al modelo de rentabilidad a costa de bajos sueldos en México, pues según Videgaray, cualquier acuerdo económico debe acarrear subidas de sueldos en México. «Se terminó un modelo basado en la rentabilidad, a costa de los bajos salarios de los mexicanos».
Luis Videgaray abordó el tema de seguridad jurídica para las inversiones, donde hizo alusión a que México ha sido un lugar seguro para las inversiones de EU y, en la misma medida, exigirá que el país del norte garantice las inversiones.
Sobre el rechazo a la militarización de la frontera, consignó que el gobierno mexicano repudia cualquier intento por militarizar las operaciones migratorias, así como medidas unilaterales que pretenden deportar a México a ciudadanos de otros países.
Finalmente, pero no por ello menos relevante, «el novato sensación de la SRE» habló del cambio en las relaciones con Centroamérica, donde aseguró que la nueva correspondencia con Centroamérica tendrá un enfoque de desarrollo y no sólo migratorio.
HOY NOVEDADES / LO DE HOY