Denis Mukwege tiene tres décadas ayudando a las mujeres agredidas sexualmente de su país.
Nadia Murad fue víctima de violación y explotación sexual cuando fue secuestrada por un grupo del Estado Islámico en 2014.
En una época donde la violencia sexual (de manera lamentable) se ha convertido en una constante en varias regiones del planeta, el Comité Noruego otorgó el Premio Nobel de la Paz a Denis Mukwege y a Nadia Murad, dos activistas que han mantenido, durante los últimos años, una lucha constante contra el abuso sexual.
Mukwege, originario de la República Democrática del Congo, es un médico ginecólogo de 63 años de edad que se caracterizó por encaminar su carrera para ayudar a las víctimas de violación sexual de su país. Una lucha que inició en la década de los 90´s y alcanzó su punto más álgido con la creación del hospital de Panzi, ubicado en la ciudad de Bukavu, y gracias al cual miles de mujeres agredidas recibieron atención médica.
De acuerdo a algunos testigos, la labor de Mukwege adquirió suma importancia, no solo por atender de manera gratuita a sus pacientes, sino por especializarse en lesiones provocadas por materiales punzocortantes, como vidrios metales, e incluso bayonetas introducidas en las vaginas de diferentes mujeres. Un símbolo de la crueldad y un acto inhumano en contra del cuerpo de las mujeres.
Por su parte, Nadia Murad es una mujer irakí, de 25 años de edad, y quien sufrió en carne propia ser víctima explotación sexual, cuando un grupo del Estado islámico llegó en 2014 a su comunidad y raptó a miles de mujeres y niñas para después ser vendidas y/o explotadas sexualmente. Tras una larga estadía de tres meses sufriendo esta condición, logró escapar y luego de contar su experiencia al mundo, fue nombrada embajadora de la ONU en 2015 y portavoz de los yazidíes, un grupo minorista del pueblo kurdo.
Ambos activistas se han convertido no solo en defensores de derechos humanos, también han conseguido dar voz a las víctimas de la violencia sexual. «Han mostrado un valor extraordinario al relatar sus propios sufrimientos y hablar en nombre de otras víctimas», señaló el Comité tras hacer público los nombres de los galardonados.
Mientras tanto, la entrega de los reconocimientos será el próximo 10 de diciembre en Oslo, donde se reconocerá de manera más amplia la labor de dos personas que «han hecho una contribución crucial para centrar la atención en tales crímenes (pero sobre todo) para combatirlos».
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